Tuve la oportunidad de hospedarme en Paradise Village Beach Resort & Spa en Nuevo Vallarta y la verdad es que fue una experiencia increíble. Desde que llegamos, todo fue atención, comodidad y buen ambiente. El lugar está súper bien ubicado, con acceso directo a una playa muy bonita y tranquila, perfecta para relajarse. Lo que más disfruté fueron las albercas, que están enormes, limpias y rodeadas de palmeras, como en una postal. Hay áreas para todos: familias, niños y adultos, así que nunca te aburres. Además, las habitaciones eran muy cómodas y espaciosas, ideales para descansar después de un día lleno de actividades.
Uno de los puntos fuertes del resort fue la comida, ¡muy rica y variada!


Y claro, no puedo dejar de mencionar las bebidas de barra, que estaban buenísimas. Ya sea en la alberca o en los bares del hotel, siempre tenían cocteles bien preparados, jugos, smoothies y muchas opciones para refrescarse. En general, me la pasé muy bien. Todo el personal fue amable, el ambiente relajado, y hay muchas actividades tanto para descansar como para divertirse. Definitivamente es un lugar al que me encantaría regresar.
Definitivamente vale la pena por completo